Laureen empezó a respirar una vez que se bajó del avión y puso los pies en el aeropuerto. ¡Dios, cómo odiaba volar! Levantó la vista y vio que un hombre se acercaba a ella... y qué hombre... El pulso se le disparó. ¿Sería Aiden? Imposible. El adonis que caminaba hacia ella no necesitaba...
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